¿Que se ha perdido mi voz
en el perfil de las letras?
Bastó un atardecer para escucharte
y digerirte suavemente,
amarrada con el encanto de tus versos
y mientras mis fríos ojos,
enredados en esos renglones
donde cada palabra no cincelada
evocaba tantas y tantas
olvidadas páginas.
Un hoy embestido de silencio,
mi esternón enmudecido,
una taza de café en mi escenario
y la duda encarnada
a mil por mil,
saciados los minutos
en mis crudos pensamientos,
danzando sin rumbo,
una musa vestida de escarnio.
¿Que por qué mi vocabulario
con mi pluma no ha jugueteado?
Con sutileza me interrogan tus versos.
¡Maldigo mis horas dormidas,
maldigo mis descoloridos tiempos,
maldigo, sin piedad, las sombras
que han frenado el sabor de los versos
de esta somnolienta luna!
Luna
Me duermo en ti
y sin darte cuenta,
cuando apenas tus ojos se reflejan en la cara del sol,
acompañada de las voces de la ciudad
y atada a las manecillas del reloj,
con la humedad de mis labios ansiosos,
te guardo en silencio.
Y apenas si conozco el aroma de tus manos
y apenas si conozco el sabor de tus besos,
me atrapas sin horario,
me llenas, mi luna traviesa,
mi luna tan mía
y en su canto de quererte, de desearte,
me abraza en la oscuridad,
sin rumbo,
soñándome, tan tuya,
bordada, tatuada,
en ti, para ti.
Autora: Elvira Meade (H. Matamoros)