13 de junio de 2007

El Paisaje del Cuerpo


Alejandro Rosales Lugo nació en Ciudad Victoria, Tamaulipas, el 7 de febrero de 1945. Es periodista, narrador y poeta, además de ser uno de los pintores tamaulipecos más importantes. Inició sus estudios de artes plásticas en su ciudad natal, que luego habría de continuar en Roma a finales de los setenta. En la capital del país realizó estudios de Filosofía y Letras en la UNAM y fue becario en St. Michaels College, en Vermont. Ha expuesto su arte pictórica en México, Estados Unidos y Europa. En los últimos años ha participado en el Congreso Binacional de Literatura Tamaulipas-Texas, en Matamoros/ Brownsville; y en el Encuentro de Escritores Voces en la Frontera, en Reynosa/McAllen. Imparte talleres de creación literaria y de pintura en diversos municipios del estado. Está incluido en diversas antologías poéticas a nivel nacional, además de haber publicado los siguientes libros de poesía: Bicicleta de poesía (1974), Mamaleón (1978), El paisaje del cuerpo (1998) y De Adán a Cezanne pasando por Newton (2005).



El cuerpo

(Es cosa de dejar que el cuerpo y sus costumbres se disuelvan en otros moldes de arena)


El cuerpo es un pez grabado por los siglos
Es una armonía que viaja desnuda
A golpes de luz se erige una estrella
A golpes de viento en hojas
El cuerpo se abre como celeste pez
En mar celeste
Es casa de sí mismo
Estampa tan antigua/tan nueva y tan distinta


V

Crezco como un sueño húmedo
En mí circula la emoción del viento
No tengo nombre
Soy lo que tú eres.

El tiempo camina en mis adentros
Y en frágiles instantes se evapora

Más allá de tu cuerpo está la vida
Ayer
El río
Pasó en nosotros
Como una serpiente disuelta en luna
Eras
Un fresco lirio en mis riberas
Recuerdo que tu cuerpo tenía un olor a almendras.


XXI
A Gemma Testi Nardi


Un aire húmedo de ruinas
Precipita a la memoria de los ojos
El encaje celeste de los mares.

Te escucho lluvia saltar entre las piedras
Campanas van campanas vienen
En los vitrales de la tarde.

Fuentes flores murciélagos de agua
En los labios de las calles
La lluvia camina en ti ciudad
Con su ondular de nubes en las torres.


XXXIX

A Rosaelia, Rosalía, Rosbiel, tres ríos

Nos metimos en el río y el río se volvió mar
Cuando llegamos a casa la sala era un acuario
Abrimos las ventanas para que escapara la sal
Salimos del mar y el mar se volvió río
Cuando llegamos a casa de lirios invadida
Abrimos las ventanas para que escapara el sol.

En el bosque los ríos cantan
En el mar las sirenas cantas.

Esa ansia vegetal que nos circunda
Como un rabioso y transparente río
Nos vuelve casi aves y casi flores
Hundidos por un sol de trigo
Porque antes que amantes somos árboles
Árbol es tu cuerpo deshojándose
Árbol es mi cuerpo floreciendo
Árboles somos y en los caminos
En fruta y sombra andamos.



Disección

A Víctor Hugo y Socorro

Si abrimos un árbol por su frente
Encontramos nubes oxidadas
Pájaros
Aviones antiguos
Si cortamos su cintura hallaremos polvo
De los besos
Y si desnudamos la raíz
Ladrarán los perros.

Aserradero:

Entre los dos crece el tiempo encanecido
Como los versos en el árbol
Lejos del cerco
Bajo los postes mágicos del cielo
Nuestros cuerpos reverdecen.

De El paisaje del cuerpo (1998)

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